Nuestra Libertad

Podemos pensar en la libertad como una decisión individual por la que ocupamos un lugar que nos es incómodo y nos acercamos a otro que es el que deseamos obtener: si estoy desempleado, quiero encontrar trabajo, si no me siento cómodo en la relación que mantengo con mi pareja, quiero alejarme de ella y encontrar una alternativa, vivo en un lugar que me desagrada y quiero cambiar de lugar de residencia…

Las personas generamos alrededor de nosotros contextos a los que nos habituamos, y aunque podemos detectar cosas de las que queremos «alejarnos», quizás por una indefinición de hacia donde queremos «acercarnos» las mantenemos, también por un «miedo» al escenario que se abre hacia donde nos acercamos podemos preferir la situación de aparente falta de libertad: la persona que pasa mucho tiempo privada de libertad en la cárcel, y prefiere mantener ese estado, a salir al mundo y tener que construir y dar sentido a su «vida en libertad»

En una población en Africa (que ahora no recuerdo) los esclavos fueron «liberados de sus cadenas» y éstos terminaron matando a sus liberadores, porque no sabían cómo gestionar su nuevo estatus. Suele ocurrir también que los habitantes de regímenes dictatoriales donde la libertad de prensa está limitada, la libertad de expresión, libertad de asociación política vetada…»sueñan» con la liberación de esa situación y se lanzan en la lucha por una nuevo régimen político, donde al parecer con esas «libertades reconocidas» vendrá casi de forma mágica esa «libertad soñada»; cosa que suele terminar en el más rotundo de los estropicios.

A la hora de tomar una decisión de movernos hacia un lugar donde entendemos seremos más libres, es útil el cuestionarnos, ¿libertad para qué?, ¿qué quiero conseguir?, ¿cómo será ese nuevo lugar que quiero ocupar? También chequear, si la decisión que estoy tomando es producto de una seducción, de una persuasión, de una imitación, si sólo la estoy tomando por una respuesta emocional; y al hacer esta verificación, aún así quiero continuar con ella adelante. Lo que podemos resumir en identificar: autoengaños que nos pueden llevar a ocupar un lugar sólo por al aparente canto de sirena de que en él seremos más libres o que somos más libres por el mero hecho de tomar esa decisión.

En el trasfondo de cualquiera de nuestras decisiones, hay una Verdad a la que podemos llegar si vamos retirando todas las capas de enmascaramiento que la cubren. Es una habilidad que aprenderemos más y mejor cuanto más la practiquemos. La libertad en muchas ocasiones, no es una cuestión de mantener muchas opciones abiertas, sino de tomar la más adecuada una vez que hemos llegado a la Verdad que existe en cada una.

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