Impulsar para Retroceder

Si hoy cualquiera de vosotros o vosotras quedase en la lista de «personas en demanda de empleo» y mañana alguien os ofreciese la posibilidad de emplearos en su empresa, en el desempeño de funciones para las que estuviéseis capacitados y en unas condiciones asumibles…muy probablemente os manifestarais agradecidos, afortunados y tendríais potencialmente más apertura a abriros a nuevas experiencias.

Pasado no demasiado tiempo -variará según la persona- las razones por las que el trabajo y las condiciones eran importantes de valorar quedarán desconectadas, y nos «perdemos» en la rutina diaria, y ponemos mucha más atención en lo que «nos falta» que en lo «ya hemos conseguido y que está a disposición». Esa falta de equilibrio y estrechamiento a lo que «aún no he conseguido» hace que una perspectiva mayor desaparezca.

Si la cuestión se reduce a alimentar «lo que no he conseguido» puedo ir generando un estado de valoración subjetiva muy poco útil, que puede desembocar en conductas que lo son aún menos; y en las que -entre otras cosas- no incluimos las consecuencias más amplias que pueden acarrear, y que fácilmente pueden transformarse en un deterioro de lo «ya conseguido»

Como cualquier conducta, y la «ambición» puede ser una de ellas, hay que contextualizarla y delimitar si es apropiada o no al entorno en el que me propongo desarrollarla. Siempre nos estamos relacionando con «algo» en un contexto determinado. Ese «algo» con lo que entro en relación tendrá una valoración que siempre dependerá de mí, y al hacerla habré de identificar y distinguir lo «objetivo de ese algo» y lo «subjetivo» … Si estoy cerca de un incendio forestal, hay un peligro objetivo que puede afectarme; si contemplo el paisaje de un bosque y decido arrasarlo «porque no me gusta» es una decisión subjetiva.

¿Cual es tu relación en tu entorno laboral, qué puedes valorar en él, qué cosas puedes mejorar, cómo hacerlo atendiendo al todo del entorno y sus posibles consecuencias?… Se trata de asumir el liderazgo de mi propio pensar, y no adscribirme al que otros intentan hacer por mí, sin mí.

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