Concurrencia

En la entrada anterior en la que aludía a la conveniencia por mantener actualizado nuestro «saber del mundo», también planteaba que una buena parte del mismo se nos dá ya hecho por parte de nuestro entorno, cultura…y otra parte somos nosotros mismos quienes la construimos  por nuestra cuenta.

El proceso por el que nosotros llegamos a constuir saber se puede investigar a partir de hacer distinciones en el mundo que nos ayuden a identificar con qué exactamente nos estamos relacionando. Ese proceso de investigación, identificación y construcción lo aprendimos como niños, y es el que se puede estabilizar de adultos y cerrar; lo que nos dá estabilidad, aunque también nos resta flexibilidad y fuente de saber quizás poco certero.

Por ejemplo, que dos o más cosas identificamos que ocurrren al mismo tiempo, no tienen porqué existir una conexión entre ellas. Si vemos dos luces juntas apagándose y encendiéndose al mismo tiempo, nos es muy dificil no relacionarlas y encontrar su conexión. Es nuestra tendencia a entender la realidad ahí fuera, a encontrar conexión donde no existe.

Es lo que suele ocurrir con el pensamiento mágico, por el que puedo llegar a establecer una conexión entre hoy día de la semana «lunes» y la «apatía vital» que puedo llegar a experimentar. Conecto dos hechos que no tienen nada que ver. Que sea lunes, miércoles o sábado no tiene una influencia directa sobre mi predisposición o no de ir al trabajo. He aprendido a conectarlo.

Desde una perspectiva de modelado, habrá que investigar qué procesos has ligado al lunes y  cómo haces esos procesos, por otro lado, exactamente ¿qué está ocurriendo independientemente que sea lunes?, ¿qué haces con eso que está ocurriendo?, ¿cómo lo haces?, ¿para qué lo haces? … Cuestiones útiles que nos permiten mantener una relación con lo que está pasando.

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