En la cola de un supermercado cuatro personas comentaban entre ellas que durante todos los dias festivos que recientemente ha marcado el calendario laboral «no han conseguido desconectar», en lo que parece ser una experiencia compartida.
No han dedicado mayor tiempo a investigar más profundamente el asunto, y sí a lamentar y compartir la queja de que «todo vuelve a ser lo mismo que el momento en que lo habían dejado»…lo cual es consistente con la metáfora que están empleando: «cuando desconecto algo de un enchufe, ese mismo enchufe es el que vuelve a estar disponible cuando decida de nuevo hacer uso de él»
Si tomamos de nuevo la metáfora de «desconectar», esto implica que soy yo quien de forma activa decido «conectar ó desconectar»; aunque lo primero que he de identificar es ¿qué es exactamente lo que quiero desconectar?, y se supone que si decido desconectarlo es porque en ese momento no me es útil y decido ahorrar algún tipo de «energía»
Pues bien, es posible que cuando entrásemos con estas cuatro personas individualmente a investigar a qué concretamente se están refiriendo con «desconectar», ¿cómo piensan hacerlo?, las razones que han elegido esa manera de hacerlo y no otra, qué se supone que han de encontrar en la «desconexión» y a la vez ir también pensando en si esa desconexión será temporal, definitiva….en fín, que la cosa a poco que indagamos es más compleja que la simplificidad que nos dá la etiqueta de «desconectar»
Prestar atención que sobre todo a partir de esta época donde esta etiqueta se utiliza mucho; ya sabeis el verano, las vacaciones, el estrés, la presión….y se asumen ideas muy simples que están conectadas a todas ellas: «todos necesitamos desconectar», «para desconectar has de disfrutar de unas vacaciones», «cuanto más lejos y exótico el punto de vacación elegido mayor será el grado de desconexión», «para desconectar hay que olvidarse del reloj y vivir el presente» …todo un decálogo de recetas a las que podemos pasar por el siguiente cuestionario:
¿A qué te estás refiriendo muy concretamente con desconectar?
Piensa ahora en una de las recetas: «X»
¿De qué forma «X» hará que llegues a «desconectar»?
¿Sólo necesitas hacer «X» para desconectar?, ¿´qué otras cosas también necesitarás?
¿Qué consecuencias no previstas puede causar el hacer «X»?
¿Hacer «X» es una decisión temporal, definitiva?
A poco que investigamos y dedicamos a un asunto algo más de tiempo, del que por lo general invertimos, se destaca la cantidad de conexiones que mantiene con otras cosas en tu vida como un todo, y la cantidad de presunciones que hacemos, sin ser ellas muy certeras.
Recuerda que «la palabra no es la cosa en sí» , y que la palabra nos ayuda a simplificar nuestra experiencia del mundo, pero que ésta es mucho más rica que el resumen que pretende presentar.